martes, enero 16, 2007

Lecturas de a poco

"Después de todo, ¿qué crees que es la sinceridad? ¿Que yo te diga lo que te gusta y vos me digas lo que me revienta? Cuidado con la palabrita."

Lo bueno de coger aviones (obviamente, aparte de que si no te das el tortazo, llegas a donde querias ir) es que permiten, me permiten, recuperar lecturas de a poco, como yo las llamo. Esos libros pequeños que uno tiene por casa y que, cada cierto número de años, me gusta releer.

Así que aprovecho, y os recomiendo el que me he vuelto a leer este fin de semana, entre aviones y terminales.
Esta mañana / Montevideanos de Mario Benedetti

Antes de leer

Esta mañana (1949) y Montevideanos (1959) son obras clave en la trayectoria literaria de Mario Benedetti: dos recopilaciones que recogen sus mejores relatos, los más representativos, los que más claramente han definido al autor ante varias generaciones de lectores.

En la primera, el autor es muy joven: posee un lenguaje propio, desde luego, pero también exhibe hasta con cierto orgullo literario las huellas de la influencia ajena, los testimonios de la tradición. Montevideanos, en cambio, expresa ya con toda exactitud la voz necesaria y personal del autor y constituyó su primer gran éxito en el campo de la narrativa.

Después de leer

Nunca he sido objetivo con Benedetti. Supongo que hay autores a los que odias, o a los que realmente admiras. En mi caso, se da la segunda opción. Descubrí a Benedetti en Primavera con una esquina rota, luego vinieron Despistes y franquezas y, por último este libro que os traigo ahora.

El libro está lleno de cuentos, de situaciones transcendentalmente comunes, de historias normales cargadas de importancias. Al más puro estilo Benedetti.

El autor ahonda en los sentimientos de los personajes que nos presenta, que se muestran ante nuestros ojos, con una mezcla de pudor y orgullo; que se nos dibujan honorables o pueriles, amantes o asesinos. O, quizás, todas estas cosas a la vez.

Siempre pensé que la grandeza de Benedetti era precisamente esa, su capacidad para desarrollar con esa simpleza, con ese lenguaje tan propio, tan reconocible, situaciones y emociones cotidianas, transformadas en universales.

1 comentario:

Lechuza dijo...

Es que Benedetti nunca defrauda.
P.S. y va para Peti, Almódovar 0 en los Globos de Oro