martes, octubre 10, 2006

La Iglesia en el Limbo

Pues nada, que como lo prometido es deuda, Petirrojo, aquí te dejo esto, para que afiles la pluma, la mojes en tinta roja y nos pongamos hombro con hombro, a ver si sacamos algo en claro.

Resulta que estos últimos días, el Papa y sus palmeros, han estado inmersos de lleno en sesudas reflexiones acerca de la existencia del Limbo. Pero que nadie piense que esto es una cosa de hace un par de días...

¡Para nada! Resulta que ya llevan casi 2 años discutiendo, ¿investigando?, e intentando llegar a una conclusión.

Por si alguien no lo sabe, el Limbo es un sitio así como en medio de ningún lado, donde van las almas de los niños que mueren antes de ser bautizados. Según la doctrina de la Iglesia, como cuando nacemos, todos estamos "manchados" por el pecado original, y es a través del Bautismo que nos limpiamos, pues claro, los pobres niños que mueren antes de pasar por este trámite, como mueren en pecado, pues nada, que no pueden ir al Cielo.

Hombre. El tema es serio. Sobre todo porque según diversos informes, el descenso de la mortalidad infantil lleva un retraso de casi 30 años. De hecho, cuando empezaron a discutir la cuestión, la situación, según UNICEF, era algo peor: más de 250 niños menores de 5 años morían por cada 1000 nacidos en paises africanos. Eso, si las cuentas no me fallan, es la cuarta parte. Que se dice pronto.

Y yo no se. Doctores tiene la Iglesia.. Eso dicen, y parece que es cierto, pero que andan todos ocupados discutiendo tonterías. Igual es porque es más fácil reunirse en Roma y ver llover, que plantearse el curso real que lleva la institución que dirigen, y la manera de ser más útiles a una sociedad de fieles que espera, cada vez menos, una respuesta efectiva por su parte.

No voy a ser yo quien les diga lo que tienen que discutir, ni en que ocupar su tiempo, que seguramente serás más valioso que el mio. O no, la verdad es que no me importa averiguarlo...

Pero lo que si me gustaría es que cualquier de ellos fuese a contarles a los miembros de su Iglesia que están trabajando, confortando, ayudando en todos esos paises, la importancia de definir el Limbo. Que les cuenten, que les cuenten como va la votación. Hacerlo sería, no una cuestión de fe o de apostolado. Sería una cuestión de decencia.

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