La maldición de las verduras

Después de mucho, mucho tiempo (quizás demasiado) os traigo una crítica de una película.

No es de estreno. De hecho, se presentó en 2005. Tampoco es un descubrimiento reciente, puesto que la vi por aquellas fechas. Pero como me la regalé por Reyes y la he vuelto a ver (y disfrutar), os la cuento, para que hagáis lo mismo.

Antes de verla

Se acerca el Concurso Anual de Verduras Gi-gantes y se desata una auténtica vegetalma-nía en el pueblo donde residen Wallace y Gro-mit. Los dos amigos, tan emprendedores co-mo siempre, se están haciendo de oro con su nuevo invento, el sistema 'Anti-Pesto', una forma humanitaria de controlar a los conejos que intentan invadir los preciados huertos. De pronto, todo se viene abajo cuando una enorme, misteriosa y voraz "bestia" empieza a aterrorizar al vecindario, atacando los huertos de noche y destrozándolo todo a su paso. La organizadora del concurso, Lady Tottington, absolutamente desesperada, encar-ga a 'Anti-Pesto' que capturen a la terrible criatura y salven el con-curso. Pero Victor Quartermaine, el engreído pretendiente de Lady Tottington, está al acecho, decidido a matar a la bestia de un tiro para convertirse en héroe local y, lo que es más importante, conse-guir casarse con la rica heredera. El concurso está en juego y Lady Tottington no tiene más remedio que dejar que Victor vaya detrás de la voraz criatura, pero no sabe que las verdaderas intenciones del cazador pueden tener graves consecuencias para ella y para nuestros dos héroes.

Después de verla

Es un peliculón. Los creadores de Chick and Run, aquella soberbia película de unas gallinas que querían escapar de una granja, como si fuese un campo de concentración, se superan de nuevo.

Si en aquella las referencias a clásicos como "La gran evasión" eran una constante, en esta cinta encontramos guiños a películas clásicas como King-Kong, combates aéreos al estilo del Barón Rojo, y mil y un detalles que hacen que el espectador sonría, y directamente se carcajee.

No soy muy objetivo. Me encantan Wallace y Gromit. Cada uno de ellos complementa a su compañero con naturalidad. La inocencia de Wallace, ese saber que hacer en cada momento de Gromit... La estética, la ambientación, el movimiento de los muñecos, las expresiones faciales... En definitiva, yo me lo paso como un enano viéndolos.

La película dura apenas 90 minutos que se hacen cortísimos. La historia está bien hilvanada, es coherente (dentro de lo coherente que puede ser una película de este tipo) y de verdad que se disfruta. Hay secundarios de lujo. Lady Tottington es genial, y el párroco del pueblo, Reverendo Clement Hedges es un personaje super gracioso. Eso sin hablar de los conejos...

Para ver con niños, sin niños... El mensaje ecológico tampoco atosiga, dejándose ver lo justo. En definitiva, absolutamente recomendable.