sábado, diciembre 29, 2007

El joven Lovecraft

Me encanta, me encanta... ¿que otra cosa puedo decir? ME ENCANTAAAAAAAAAAA

Llegué hasta él por casualida, iba navegando por la red, sin rumbo, perdida y lo descubrí, me pareció gracioso el título "El joven Lovecraft", pinche en el enlace y así fue como ese pequeño dibujo se ha hecho un hueco en mi corazón (ahora Lovie estaría vomitando al leer estas líneas), pero es cierto, me he hecho adicta, ahora abro ansiosa mi cuenta de bloglines esperando que haya una nueva tira con la que empezar la mañana y la cierro desilusionada si no hay ninguna.

En fin, os dejo una tira muy acorde con las fechas:


Cielo abajo


Se acerca el fin de año y con él la culpabilidad: otro año más y no he cumplido ninguno de mis buenos propósitos, pero como no escarmiento tengo otra lista para este nuevo año.
Entre ellos "postear regularmente" superando el frío soriano que me congela las plumas y la pésima velocidad de la red... vale, vale, también la pereza (soy de la subespecie PetirrojusDormilonus).

Y para ir recuperando la agilidad de mis patas, perdida durante estos meses de silencio, comenzaré recomendando (que es lo mío) una novela juvenil, sí, sí, ya sé que todos hemos dejado atrás la adolescencia (unos más que otros...) pero merece la pena asomarse a "Cielo abajo" de Fernando Marías.

La novela habla de dos épocas que confluyen en un piso cercano a Atocha, en la época actual el amigo de Enrique, encargado de reformar la casa, se hace con un manuscrito que nos cuenta la vida de Joaquín Dechén un jóven que ansía ser aviador. Este deseo le llevará a presenciar el bombardeo de Madrid en noviembre del 36 y a conocer y respetar a dos leyendas de la aviación enfrentados no sólo en la guerra si no también en el amor.

Puntuación: 3 huevos (sobre cinco).

Animaros pajarracos que merece la pena, se lee sin dificultad y deja buen sabor de boca, aunque, quizás, tenga un final demasiado redondo pero se lo perdonaremos porque se trata de una novela juvenil, ¿no?.

Y sobretodo destacar una idea que se repite en la novela, en las guerras, al final quien sufre es la población civil.